
Pronto un amigo les animó a que estas películas abandonaran su ámbito natural, las casas, y su carácter de documento privado. Así, en un bar y llevando tan sólo una de sus películas, Ángel y Fernando comenzaron sus proyecciones públicas de Súper 8. “Se apagó la luz, el proyector arrancó y empezamos a comentar la película como si no fuera nuestra, inventándonos una nueva historia a partir de las imágenes que iban saliendo del proyector- recuerdan-. La gente quedó tan sorprendida que nos pedían que pusiéramos más películas, pero sólo habíamos llevado esa, así que prometimos volver la semana siguiente con una nueva. Podemos decir que a partir de ese momento nace Lili Films. Empezamos a buscar obsesivamente películas por todos lados, queríamos hacer películas nuevas con las películas que ya había rodado la gente con el Súper 8. Durante dos meses creamos una película por semana y cada una de ellas era un nuevo estreno. No era fácil mantener este ritmo, de hecho hoy nos parece imposible.”
Desde Galicia y en la línea de autores como Alan Berliner o Peter Forgács, Lili Films ha realizado más de una decena de películas de found footage remontando el material doméstico que compran en rastrillos, subastas de Internet o que, sencillamente, han encontrado en la basura. En ellas agrupan temáticamente los motivos recurrentes de este tipo de filmaciones (vacaciones, celebraciones familiares…) creando asociaciones sorprendentes e irónicas, como demuestran algunos de sus títulos: Sangre, sudor y chándal, Norias y Guateques, Spanish Hula-Chow o Galicia es África. Un catálogo de usos y costumbres de la “España aperturista” del que han sabido explotar, con sentido del humor pero también con devoción y respeto, tanto su sabor cañí, como el sentimiento de nostalgia y la fascinación que este tipo de imágenes provocan.
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