miércoles, 3 de octubre de 2012

Hay un genio haciendo vino


En sus etiquetas y en sus convicciones puede leerse que es «viticultor en Valtuille de Abajo», donde nació en 1972. Pero en realidad es mucho más: enólogo, consultor y hoy por hoy, gracias a la crítica internacional de mayor crédito, el creador de vinos más mediático del país. No hay foro del vino que se precie en el que no se hable de él. Es casi siempre el invitado al que se espera y sus vinos están en boca de muchos, pero en la copa y en la bodega de muy pocos, entre otras razones porque sus producciones son tan excepcionales como limitadas. «Si hago vinos es para disfrutarlos con los amigos», se le oyó decir alguna vez.
Definitivamente adscrito como bodega a la DO Bierzo, con propósito de hacerlo también en Tierra de León y con al menos cinco o seis puntos de actividad propia o en régimen de prestación de criterio en los territorios de ambas, el genio de Valtuille de Abajo, avalado por una larga trayectoria familiar pero que paradójicamente sólo llegó a la vitivinicultura cuando renunció a ser médico, está en el trance de consolidar una estructura estable de producción que canalice comercialmente su desbordante creatividad enológica.

RAÚL PÉREZ | VALTUILLE DE ABAJO

Hay un genio haciendo vino


No tiene límites geográficos ni emocionales. No hay tiempos ni latitudes. Ni se sujeta a normas establecidas. Ninguna condición previa que no sea la que determine la viña. Raúl Pérez Pereira no es un enólogo convencional. Si lo fuera haría vinos convencionales y no sería el mejor.



De vuelta a casa, donde de alguna manera siempre estuvo, donde están los intereses familiares —Castro Ventosa— y donde atiende además su propia bodega —la que era de su padre y sus abuelos y que conserva el viejo alambique que está en el origen de todo—, Pérez Pereira divide su actividad en la comarca entre este punto neurálgico de la viña berciana y Los Barrios.
La compra de Cabildo de Salas —el viñedo— y la disponibilidad de esta bodega —fue mandada construir como tal y no con otra finalidad por la autoridad diocesana en 1819— abren para Pérez Pereira un nuevo horizonte para una mencía cuyas peculiaridades explora en profundidad. De un sitio salen los Ultreia La ClaudinaUltreia Saint JacquesUltreia de Valtuille y Ultreia Cova de la Raposa; del otro el Ultreia de Paluezas —aprovecha el suelo pizarroso de una de las laderas del viñedo de Valdecañadas, la otra es arcillosa— y de ambos el Ultreia digamos que genérico, Vico para el mercado estadounidense.
Pero el viñedo de Valtuille de Abajo da mucho juego y Pérez Pereira ha querido recuperar ahora un vino al que puso nombre de emoción. El Allison Carma sale al mercado como 2010 en una producción limitada: sólo 750 botellas de este petit verdot con 17 meses de barrica. De La Tentación, un pinot noir de baja graduación y diez meses en barrica, sólo encorchó mil botellas.
En el sur de León —ahora en Valdevimbre— sigue vinificando los particularísmos Rara Avis (albarín con compleja elaboración en madera y prieto picudo con 18 meses en barrica), pero recupera una marca propia para algo también muy especial: del Delito e Castigo, de nuevo un vino de colección, sólo se comercializan mil botellas.
Fuera de estas dos zonas sigue trabajando también con la mencía en Ribeira Sacra (El Pecado y La Penitencia, dos vinos de finca), con el albariño en Rías Baixas (Sketch y Muti), con la garnacha en Cebreros (Ávila), de donde saldrá un nuevo Ultreia; con pinot noir en Chile, con monastrel y shyrah en Sudáfrica (Ultreia Cabo Tormentas) y con un sugerente ramillete de variedades autóctonas (bastardo, tinta rouriz, tinta amarelha, etcétera) en Portugal, donde en sociedad con Van der Niepoort firma el Ultreia Douro.

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